Qué es la corrosión galvánica y cómo puedes evitarla
La corrosión galvánica, de la que ya hemos hablado en anteriores ocasiones, hace referencia a la degradación que sufren algunos metales por la reacción química o electroquímica al estar en contacto con metales más nobles.
Se dice que cuando un electrolito corrosivo y dos materiales metálicos entran en contacto -lo que se denomina celda galvánica-, la corrosión consigue aumentar en el material que es menos noble, llamado ánodo; y disminuye en el que es más noble, llamado cátodo. Cuando esta corrosión aumenta se conoce como corrosión galvánica.
Además, la corrosión de una celda galvánica puede variar en función de su posición en la serie galvánica. La serie galvánica es la que nos indica qué metal dentro de una pareja de metales es más probable que sufra la corrosión frente al otro.
Cómo prevenir la corrosión galvánica
Sabiendo cómo se origina la corrosión galvánica, la prevención pasa a ser un factor esencial. Existen varias maneras de prevenir la corrosión galvánica que van desde cubrir o aislar los metales hasta incorporar otros elementos que puedan hacer frente a la celda galvánica corrosiva:
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Aislamiento eléctrico de los metales. Si no están en contacto, no existe celda galvánica, por lo que no habrá corrosión. Para aislar los metales se hace uso del plástico u otro material de características similares que consiga aislar correctamente.
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Protección de los metales frente a compuestos iónicos. Para conseguirlo, se puede recubrir el metal con pintura o resina epoxi.
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Revestimiento de los materiales. Revestir los dos materiales es lo ideal para evitar la corrosión, pero en caso de que no sea posible revestir ambos metales, siempre nos decidiremos por el metal más noble, para prevenir al máximo la corrosión.
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Reducción de la diferencia potencial. Si elegimos dos metales con potenciales semejantes, conseguiremos reducir la diferencia potencial, lo que se traduce en una menor corriente galvánica. La mejor forma de reducir esta diferencia es utilizando el mismo metal para toda la pieza.
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Hacer uso de la galvanoplastia o electrodeposición. Ésta es una técnica que consiste en realizar un chapado electrolítico de uno de los metales, normalmente el noble, para evitar o reducir la corrosión.
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Protección catódica mediante ánodos de sacrificio. Consiste en proteger al metal que más nos interesa sacrificando otro. Conectamos una barra de metal adicional al metal que queremos proteger para que se oxide y, de esta manera, evitar la corrosión en el metal más importante.
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Protección catódica mediante una corriente eléctrica. En este caso, habilitamos una fuente de alimentación eléctrica que se conectará a la corriente galvánica corrosiva con tal de evitar o reducir los daños.
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